Antes de que apareciera la abstracción como lenguaje autorreflexivo y experimental del arte, la pintura paisajística fue, quizás, la forma más abstracta de pintura. Su fusión con la investigación científica (la botánica, la geología), y los debates de la teoría estética imbricados con la ciencia, hicieron de este género un importante laboratorio del arte occidental. Es sabido que fue Johann Moritz Rugendas (1802-1852) —el pintor viajero inspirado por Alexander von Humboldt—, quien, antes del impresionismo, inventó la pintura “en plein air”.
Pese a ello, el paisaje y sus derivas escatológicas parecen términos difíciles de conciliar con el mundo contemporáneo. El principio de la unidad de la naturaleza de von Humboldt, que consistía en llevar a representación fidedigna los fenómenos naturales (de acuerdo con sus propias leyes), se enfrenta hoy a la desintegración de lo natural. Sin embargo, y de forma paradójica, es precisamente en el paisaje donde convergen la distopía del edén, la introspección de las subjetividades atribuladas por los fanatismos y la inaplazable necesidad de recuperación de un mundo arrasado por los desastres ambientales.
Después del edén es una exposición grupal que se enmarca en la idea del paisaje que ha quedado ̋después del paraíso ̋. En la selección aquí propuesta se aborda la conmoción de la tierra americana amenazada por las fuerzas destructivas del progreso y la explotación de los minerales, revelando así lugares inusitados del entorno donde el paisaje ya no produce un sentimiento de plenitud espiritual o de contemplación estética, sino un espacio de incertidumbre y caos, o incluso, de inquietante belleza. Los trabajos incluidos en esta exposición presentan un recorrido epistémico que se articula desde las artes visuales y que da cuenta de este momento cuando el homo sapiens ya no pretende crear una esfera divina de la naturaleza, separándola de la cultura. Aquí, el paisaje forma parte de una cadena de esferas interconectadas.
Gabriela Rangel.
Vered Engelhard is an artist and researcher from Lima. Their practice unfolds from collaboration and in resonance. Their musical project, Canto Villano is guided by water (yakumama) as master, weaving sonorities that honor the lands and their histories with stone percussion, song and pututo. They work the soundscape from performance, through expanded field recording techniques and participatory sound designs towards poetic and socio-environmental justice. They write about Andean ancestral technologies and communitarian land and water stewardship. They have taught community workshops around recording and listening as well as undergraduate level classes at Columbia University in New York, where they are a PhD candidate in Latin American cultural studies
Amanecer en Ancón y madrugar en Cajaíba de Vered Engelhard es un paisaje sonoro que permite desplazarnos imaginariamente a través de un viaje por ciertas localidades del Perú contemporáneo, donde el mar resulta central para la definición cultural, económica y social de los lugares. En esta cartografía confluyen dos ancestrales bahías pesqueras del sur: Ancón, en la costa Pacífico, y Cajaíba, en la costa Atlántica. Aquí, el artista, escritor y performer hace converger la documentación o el performance con las técnicas experimentales de grabación de campo, con la intención de mapear los recorridos de las mareas, aguas subterráneas, lluvias, drenajes y nubes que cruzan de la costa Pacífico, por los Andes, hacia la Mata Atlántica. Engelhard traza en esta pieza el movimiento de Ancón a Cajaíba en una suerte de “revolución solar” que va acompañada de dos collages en papel, los cuales no necesariamente representan las usuales imágenes de la travesía emprendida entre bahías. Engelhard ofrece así una experiencia a través del sonido que, como aquellas que propuso John Cage en la música contemporánea, desmantelan las categorías disciplinarias.
Patrick Hamilton studied art at the Universidad de Chile. His work is characterized by a political interest that promotes the return of the social burden that abstractionism and conceptual art had at their time. With clear references to the 20th-century avant-gardes, the artist develops critiques in which the economy of visual language allows him to be incisive and forceful with his ideas.
The works belonging to his series Abrasive Paintings, for instance, are made with black, red, yellow or white-colored sandpaper, with which the artist makes geometric patterns, almost always rectangular, alluding to bricks. A design that first appears innocuous hides an aggressive materiality, in a way that contrasts the “coldness” and simplicity of rational design with a strong emotional base. More widely, Hamilton seeks to make connections between these sorts of clashes and the contexts of the countries to which he holds personal links, be that Spain or Chile, referring to their social problems and their historical roots.
Thus, through distinct media, from painting to urban interventions, Hamilton centers his reflections on the analysis of social and political tensions.
He currently lives and works between Madrid, Spain, and Santiago, Chile.
Por otro lado, Atacama —foto collages en curso de Patrick Hamilton—, destaca el desierto chileno a través de una serie de imágenes de sus planicies polvorientas y de sus cerros rocosos, despojados de follaje, pero abundantes en minerales. En más de un sentido Atacama alude al registro fotográfico que la pareja de artistas modernos formada por Joseph y Annie Albers realizó en sitios arqueológicos de Norte y Sudamérica. A partir de este referente, y mediante el uso de placas de cobre sobre las fotografías, Hamilton yuxtapone a las imágenes un bloqueo semiótico que recuerda al del conceptualista John Baldessari. Hamilton elabora esta extraordinaria serie sobre el desierto y sus metáforas —el cobre, la madre naturaleza, el cosmos observable, la abstracción geométrica americana, las ruinas y vestigios— como contexto y marco general para situar a Chile en un momento histórico del mundo donde la “ecología política” de la cual habló el filósofo Bruno Latour, es una necesidad para la sobrevivencia planetaria. En su multiplicidad de significados, Atacama despliega la cartografía de un complejo y vasto ecosistema que excede los usos territoriales del Estado, el rol extractivista de las corporaciones, la depredación del turismo y la instrumentalización de la ciencia, y sitúa a la región como un reservorio de saberes ancestrales, de abstracciones, de historias políticas no resueltas y de prodigios naturales en peligro, así como un codiciado lugar por su gran potencial económico.
Maria Laet was born in Rio de Janeiro, Brazil, in 1982, where she continues to live and work.
She participated in the 37th edition of the Panorama of Brazilian Art: Sob as cinzas, brasa, at MAM São Paulo, 2022; the 33rd São Paulo Biennal: Affective Affinities, 2018; the 18th Biennale of Sydney: All Our Relations, 2012; and had her solo show Almost Nothing at the IAC Villeurbanne/ Rhône-Alpes, France, 2019.
Her work is part of collections such as MAM, Gilberto Chateaubriand, Rio de Janeiro; MAC Niterói; 49 Nord 6 est – Frac Lorraine, Metz, France; MSK, Ghent, Belgium; MAR, Rio de Janeiro; Colección Patricia Phelps de Cisneros; and MoMA, New York.
Laet’s multidisciplinary practice is informed by a series of actions resulting from subtle gestures and interventions in public and domestic spaces. Mediums employed act as conduits and platforms for Laet’s processes, skins, which convey her intentions and reveal the act as an archive. In this way, the work happens through the physicality of the materials evolved, calling attention, among other things, to the space, the membrane that connects and separates at the same time. The poetics of Laet’s work talks about the relation between two parts, between inside and outside, about time and memory, about the measure and the presence of the body, about an identification between the human body and the body of the earth, with an intuitive attention to what is almost invisible.
La práctica multidisciplinaria de la artista carioca Maria Laet adquiere una importante presencia en esta muestra por medio del uso de tres medios expresivos: el video en dos canales Soft Limit (2023), la escultura en arcilla Head (2024) y el políptico fotográfico Sustentação II (2010/ 2020). Estos trabajos examinan las diferentes facetas de la relación entre la naturaleza y los elementos, así como la ecuación entre la materia, el contexto y las temporalidades de los objetos. Si bien Laet comparte con la generación de artistas neoconcretistas brasileros la fascinación estética por las formas abstractas y el interés por su potencial función social, su aproximación a estos principios o cualidades se decanta en un ejercicio autorreflexivo sobre la materialidad de las cosas y los quiebres epistémicos propios de la poesía. En este sentido, en Soft Limit —donde un conjunto de piedras de diferentes colores es manipulado por personas que las agrupan y separan con un elástico— Laet dialoga con el trabajo performático que hiciera Lygia Clark con objetos (no-objetos). Sustentação II, en cambio, muestra en una secuencia fotográfica el proceso de fusión de la leche en el agua de un río. Así, la imagen que construye Laet, como lo apunta Suzana Vaz, “es el resultado del registro de momentos específicos del flujo creativo duracional o de una acción”.
Randolpho Lamonier is a visual artist graduated from the UFMG School of Fine Arts. His work is set between different media, with his practice in textile art, painting, video and installation taking center stage. In his research, word and image are always in dialogue and usually deal with micro and macro politics, chronicles, diaries and multiple intersections between memory and fiction.
His work is part of the permanent collections of the São Paulo Museum of Art, Denver Art Museum, Pinacoteca do Estado de São Paulo, Premio Pipa, Museu Casa das Onze Janelas and Prêmio Diário Contemporâneo de Fotografia. He has participated in several exhibitions, including “Spin a Yarn”, Another Space, New York, 2023; “Who Tells a Tale Adds a Tail”, Denver Art Museum, Denver, 2022; “Brazilian Stories”, MASP, São Paulo, 2022; ”I like South America and South America likes Me”, Belmacz Gallery, London, 2021; “On The Shoulders of Giants”, Galeria Nara Roesler, New York, 2021; “AGAINST, AGAIN: Art Under Attack in Brazil”, John Jay College of Criminal Justice, New York, 2020; “15th Lyon Biennale – Jeune Création Internationale”, Institut d’Art Contemporain, Villeurbanne, 2019; “36th Panorama of Brazilian Art: Sertão”, MAM, São Paulo, 2019; “What I really want to tell you...”, Fundación Pablo Atchugarry, Miami, 2019; “Education through Stone”, Joaquim Nabuco Foundation, Recife, 2019; “Art Democracy Utopia, Those who don’t fight are dead”, MAR, Rio de Janeiro, 2018; “MITOMOTIM”, Galpão Videobrasil, São Paulo, 2018; “Videoformes International Digital Arts Festival”, Clermont-Ferrand, 2016 and the solo exhibition “My kind of dirty”, Fort Gansevoort Gallery, New York, 2021; “Megazord codenamed Esperança”, Miter Galeria, São Paulo, 2021; “It’s late and it’s raining, but rats are not afraid of the dark”, Zipper Galeria, São Paulo, 2018 and “Vigília”, Palácio das Artes, Belo Horizonte, 2017.
In 2020 Randolpho was one of the winners of the Pipa Prize. He lives and works in São Paulo.
En la pintura Cartografia de minha infância (Cartografía de mi infancia, 2014) de Randolpho Lamonier, nos enfrentamos a las imágenes de enormes edificios industriales de chimeneas flameantes, que dominan una composición situada en el enclave de una pequeña ciudad del estado brasilero de Minas Gerais. En esta obra, la narrativa autobiográfica del artista —su saga personal como joven hostigado por su condición homosexual—, y la zozobra existencial por la intolerancia de género, van de la mano con los peligros que ofrece la explotación indiscriminada de la naturaleza y la indiferencia hacia la construcción de un espacio de buen vivir. Las diferentes líneas narrativas desarrolladas por Lamonier en la pieza se unen, a la vez que se dispersan, por medio de un gran espacio pictórico figurativo donde una paleta de grises y de pigmentos terrosos despliegan la coexistencia de fábricas encendidas, de una torre de agua, de casas con tuberías rotas y de una iglesia cristiana como único lugar de culto. Todo ello, surcado por calles y avenidas que ostentan nombres relacionados a las mitologías de la naturaleza (El Dorado, Amazonas). La pintura incluye una serie de ríos contaminados, una erguida palmera y varios arbustos marchitos que aparecen representados como si fueran el recuerdo traumático de un niño. Además, para Después del edén, Lamonier ha realizado dos nuevos trabajos: Studies in English for a cartography of iron nerves muestra la ponzoñosa imagen de una serie de fábricas de chimeneas humeantes, acompañada de sucintos textos poéticos que narran momentos biográficos del artista con sus padres y su abuela.
Raphaela Melsohn is interested in constructing environments from and to our bodies, in opposition to conforming our bodies to normative spaces ruled by ergonometry. She believes in constant fuxes, holes, cracks, and organic shapes that intend to break the space as it is, and reconfgure our bodies as we normalized them.
She works building things, learning, and being affected by the materials. That way, the physicality and relation with others, how we can exist in space, and how the space informs our existence is the core to work. Some notes on the notebook say: staying alive requires collaboration, contamination, cultivating the work demands non hierarchical envolvement, how to inhabit together, soft, wet, body and architecture.
Melsohn holds an a MFA in Visual Arts from Columbia University (’22) and a BFA in Visual Arts from FAAP (’16).
La cerámica escultórica e instalativa de Raphaela Melsohn, trabajada a mano, suele adoptar sugerentes formas orgánicas que se adaptan a las características del espacio donde el trabajo se muestra. En las presentaciones que realizó en Brasil la artista creó formas que, más que esculturas, parecen crecimientos tridimensionales. Melsohn, quien se ocupa de pensar el cuerpo en relación al espacio, ha preparado para Después del edén una obra in situ: una serie de estructuras de paredes no lineales interconectadas —hechas de cerámica trabajada en la fábrica Cerámica Suro en Guadalajara— que se esparcen en el centro de la galería como un organismo vivo. Las piezas concebidas por Melsohn para esta ocasión reúnen formas biomórficas y vasijas que evocan tanto formas ancestrales, como funcionalidades industriales con ductos y conexiones, creando ambientes contenidos en sí mismos, donde los ductos habitan. En un segundo trabajo, Plano de piso, la artista crea diagramas en mosaico que dan instrucciones sobre cómo transitar en esta sección de espacio en un plano que habitamos con nuestros cuerpos en escala 1:1.
Diego Pérez’s multidisciplinary practice continuously plays with the idea of the border, be they the limits that divide art from other sorts of objects, those that divide art from the wider public, or those that separate contemplation from experimentation. The artist articulates a sculptural imagination in which every material is an endless source of forms whose relationships do not end in the work, but extend to the environment and the viewer.
Beginning his career in the field of photography, Pérez has oriented his work towards the public life of objects, fomenting, not without a degree of humor and an affinity for fantasy, an inquiry about social relationships that give works meaning. It is in everyday life where a chair becomes a shelf, or where a box transforms into a plant pot; the art-life border is constituted and dissolved in the conjunction of public space, work and spectator.
For Pérez, it is important to let imagination and daydreaming flow, because that is where the contact between apparently separate fields is produced between artist and artisan, connoisseur, casual observer and so on.
He currently lives and works in Mexico City.
Un inabarcable “laberinto de llantas” invade el espacio, como si se tratara del maligno morador de un paisaje desértico en el norte de México. La extraordinaria fotografía digital a color de Diego Pérez ofrece una imagen poderosa, sorprendente y siniestra del asalto a la naturaleza por parte de los desechos industriales, los cuales substituyen el paisaje natural por otro artificial e indestructible, que anuncia una catástrofe ecológica. Estas llantas, que ocupan un espacio antes habitado por plantas o rocas, nos recuerdan que una de las invenciones más letales (y útiles) del hombre ha sido el plástico. La estampa clásica que Pérez compone sobre este laberinto de hule rodeado de montañas de arena rehúye toda tentación de sensacionalismo, para ofrecer en cambio, una mirada perpleja. Otra fotografía —perteneciente a la misma serie de paisajes del norte—, despliega la idea de lo inacabado como ruina involuntaria del llamado subdesarrollo. Aquí el artista fotografía frontalmente un espacio típicamente recreacional —concebido para viajeros de paso— que no terminó de construirse, y a través del cual logra producir el asombro del público ante aquello que parece sorpresivamente desplazado o alienado de su contexto. En estas fotografías el ojo de Pérez se une al de Manuel Álvarez Bravo, Enrique Metinides y Graciela Iturbide en la habilidad poética para agujerear la realidad con un elemento que la desestabiliza.
The work of Nohemí Pérez, multidisciplinary, revolves around the relationship between men and nature; the conflicts, tensions and genesis that arise from this constant friction.
Based on the notions of architecture, cinema and sociology, the artist proposes a rereading of the Catatumbo territory; a geographical region with a very particular natural and sociocultural ecosystem. From the conquest until today, Catatumbo is the scene of multiple conflicts that have been transformed to compose a complex plot of anachronistic situations characteristic of Latin American contemporaneity. Illegal armed groups of right, left, native tribes, evangelical missionaries and large multinationals of mining and drug trafficking coexist in this jungle region.
Nohemí mainly uses charcoal in her work as a reference to mining; Another recurring element is charcoal, with which she aims to make visible the exploitation of natural resources and at the same time the violence that this triggers. From the territory of her memory and her affections, Nohemí Pérez reconstructs the history of her origin and thus, collects the voices of those who live and have lived in Catatumbo from the close emotional ties of their experience.
Las tres pinturas de Nohemí Pérez Amador —pertenecientes a la serie Apuntes para el bosque en llamas (No.1, 3 y 4)—, presentan una visión catastrófica de la acción de lo humano en el ecosistema del bosque, pero en clave sublime y abstracta. En ellas, la artista representa escenas de paisajes asolados por un fuego que consume la vida de los pulmones de la tierra. Pérez Amador —una de las pintoras más importantes del hemisferio—, ha desarrollado una poética del paisaje que aporta una visión estremecida y fulminante que se formula en oposición a aquella que representaron los pintores viajeros del siglo XIX, y que resulta más cercana al ímpetu subjetivista de William Turner. Sus pinceladas trémulas —brasas, humo y fumarolas— componen ritmos cromáticos muy contrastados que aluden a la irreversible pérdida de la naturaleza devorada por las llamas. Aquí los azules, blancos, negros, verdes, rojos, naranjas y amarillos se traducen en un movimiento dramático: el de aquello que es captado en el momento mismo de su desaparición y muerte.
Lisa Sanditz’s mastery of paint and its materiality - especially when realized for expressive purposes - is clear in works emphasizing human cognition, emotion and the power of looking. Much of Sanditz’s work explores questions of how landscape, ecology, consumerism, and American identity collide in our increasingly fractured society. With dramatic colors, landscapes come alive and morph under the weight of consumer culture and industrialism--yellow mountains are obstructed by the parking lot of a casino, a barge cuts through a dark river in the dead of night. Sanditz lives and works in Upstate New York, an area with long art historical roots, mostly famous for the Hudson River school paintings, which offered a pastoral view of the natural landscape, often infused with a pervasive sentiment of Manifest Destiny. Sanditz’s work rebels against this colonial lineage, while simultaneously finding deep inspiration in the same lush landscapes—which have become littered with fast food chains, dollar stores and highways. It is human interaction with, and often overuse of, the natural world that captivates Sanditz and drives her work.
Lisa Sanditz (b. 1973, St. Louis, MO) received her BA degree from Macalester College (St. Paul, MN) and her MFA from the Pratt Institute (Brooklyn, NY). In April 2024.
La pintura de Lisa Sanditz se compone de pinceladas densas y viscosas con colores vibrantes sobre telas de diferente formato, que dan cuenta de una visión esquemática (Mountains), a la vez que no idealizada, del paisaje. Por otro lado, en Home for the Holidays, una carretera serpenteante congestionada de autos y rodeada de bosques y montañas, logra reunir dos problemas a menudo separados: la comprensión de la naturaleza y la regulación de la vida social. Radicada en la zona del río Hudson en Nueva York donde se desarrolló una importante escuela de pintura inspirada en las ideas de von Humboldt, Sanditz elabora aquí una potente poética del paisaje despojada de romanticismo, con elementos culturales que lo transforman en imagen de integración y de tensiones que cruzan la vida humana y la naturaleza. La narrativa de Home for the Holidays bien podría aludir al éxodo de fin de semana emprendido por los residentes de una gran ciudad —como en el cuento Autopista del Sur de Julio Cortázar—, donde un ritual de ocio como salir de excursión fuera de una gran ciudad, puede transformarse fácilmente en una pesadilla metropolitana. Coastal Line ofrece, en cambio, una inusual perspectiva aérea correspondiente a la franja que divide la tierra y mar y que sólo es posible ver desde un avión por navegación de cabotaje. No obstante, la composición de Sanditz rechaza la tentación del acopio realista para situarnos en cambio en la espacialidad de texturas pictóricas y atmósferas cromáticas.