Entramados pictóricos, la primera exposición individual de Paul Muguet en la galería, reúne una selección de obras pertenecientes a tres series que comenzó en 2016: Sarapes, Petates y Tapetes. Paul Muguet recupera los motivos de textiles mexicanos y los recontextualiza en el mundo del arte a través de la pintura. Con esto se propone extraer la identidad visual de los colores y diseños de su contexto popular y transferirla a un espacio distinto en el cual se puedan generar nuevos significados según el espectador.
A lo largo de su trayectoria ha incursionado en la pintura, el ready-made y la escultura, desarrollando lo que ha llamado “las preocupaciones, los intereses, las emociones que se dan en la vida diaria de cualquier persona”. De acuerdo a Muguet, cada cultura tiene formas de vivencia particulares, las cuales se reflejan en lo que denomina “cultura material”. Las aproximaciones al color en sus obras son los rasgos discernibles entre las distintas formas de experiencias.
En la serie Sarapes, Muguet retoma la estructura del entramado textil de los muy típicos sarapes de Saltillo en el norte de México y la aplica como principio composicional de las pinturas. Esta prenda típicamente mexicana es conocida por sus colores vivos y su entramado que reproduce gradaciones tonales simbolizando el amanecer y la puesta de sol en los campos de cultivo.
La finalidad de la serie es acaparar la atención del espectador por medio de una superficie activa de gran intensidad cromática que parece estar en movimiento y constate cambio. El artista emplea diferentes sistemas pictóricos con la intención de crear una presencia equivalente a la de quien observa, emulando movimiento y estridencia en el espectador.
En sus propias palabras, Muguet caracteriza su trabajo por ser intuitivo, no hay una regla o plan estricto que encamine su proceso creativo. En el caso de estas series, emplea la cinta adhesiva para entretejer la pintura. El entretejido sirve como una metáfora del trabajo manual y artesanal, pues se trata de un ejercicio cuyo resultado va tomando forma en el camino. El acto de tejer con color le brinda al artista un sinfín de posibilidades para emplear distintas paletas de colores y generar diversas composiciones. En cuanto a los formatos, sus obras confrontan al espectador por su verticalidad y proporción que se relaciona con el cuerpo humano y el retrato para poner de manifiesto la vitalidad que existe en la frontalidad entre obra y espectador.
De la misma manera que se escogió el sarape por su carga simbólica en sus motivos, así como por el lugar que ocupa en la cultura en México; se escogió el petate por su funcionalidad simbólica y poética intrínseca. Encontramos al petate tanto en los quehaceres diarios como en eventos de orden ritual de comunidades mexicanas. Hoy se ha vuelto, en parte, un objeto decorativo en el que los artesanos demuestran sus habilidades y en el cual siguen plasmando saberes e imaginarios ancestrales.
Con la serie Petates Muguet remite al acto de tejer o entretejer, que ha sido utilizado también como metáfora del entramado social. Al entrelazar colores en diferentes tipos de patrones, el artista obtiene diversas vibraciones y atmósferas cromáticas, las cuales refieren a la interacción constante de los componentes de una unidad social.
El uso del color en las pinturas de Muguet es un trabajo autobiográfico, pues refiere a su ascendencia franco-mexicana. Por una parte, el formato y colores de las pinturas generan un fuerte impacto gracias a que son referentes de la cultura visual y llamativa de México, mientras que la geometría y el uso de colores primarios -en algunas obras- son resultado de la influencia de representaciones pictóricas modernas, como el neoplasticismo de Mondrian.
En la tercera serie, Tapetes, el motivo central es el rombo. En Teotitlán del Valle, Oaxaca, México, los tapetes se realizan bajo la técnica del telar y el rombo es uno de los elementos recurrentes, ya que se relaciona con el arado y la fertilidad de la tierra. Los patrones romboides sirven para una exploración cromática amplia que revisita la historia de la pintura o que se vale de atrevidas combinaciones de colores para crear una superficie ambigua que combina planos y profundidades.
Entramados pictóricos abarca seis años de un trabajo enfocado en la pintura que reactiva simbolismos de objetos que han acompañado a los sujetos en el transcurso de la vida; aquellos que la colectividad mexicana ha integrado como parte de su cotidianidad cultural. El énfasis de estos simbolismos recae en el uso de colores entretejidos que conforman patrones geométricos.
Muguet recurre a los diseños de textiles mexicanos para producir un impacto visual. De esta forma, crea superficies vitales y activas que están en constante movimiento, las cuales involucran al espectador y le permiten generar nuevos significados.