Esta exposición reúne diez pinturas de Ding Yi elaboradas entre 2020 y 2021 pertenecientes a su serie “Appearance of Crosses” (Apariencia de cruces), la cual ha desarrollado durante más de treinta años. Graduado de la escuela de Artes y Oficios de Shanghái, Ding Yi es considerado una de las figuras más relevantes del arte contemporáneo chino. A grandes rasgos, su trabajo se caracteriza por una atención constante en el acto de pintar, razonar e imaginar.
El nombre de la muestra surge de un texto homónimo desarrollado por el crítico, curador e historiador de arte, Cuauhtémoc Medina, especialmente para una publicación que acompaña esta exposición. Galaxias anómalas refiere a ese conjunto de patrones de cruces que a la lejanía revelan algo semejante a cuerpos celestes dentro de un universo. Aunque son galaxias que carecen de formas espirales, se ofrecen como un objeto de reflexión sobre una visión panorámica de todo aquello que nos conforma como sujetos.
Ding Yi comenzó a trabajar en esta serie alrededor de 1988 motivado por dudas y reflexiones en torno a la urbanización. Posteriormente, se interesó por la manera en la que ha evolucionado la civilización y nuestra posición como sujetos en el mundo. Su más reciente inquietud se centra en el entendimiento y expresión de la luz y los elementos que componen al universo.
Shanghái, su ciudad natal, se ha caracterizado por un crecimiento acelerado en términos económicos, sociales y culturales; las luces, las pantallas, los edificios y el movimiento son elementos que conforman un paisaje urbano, del cual Ding Yi retoma la estética para configurar sus obras. A pesar de la diversidad en los formatos, sus piezas tienen un diseño que evoca e incorpora sus sentimientos sobre Shanghái y así convertir su práctica en una expresión de la modernización.
El trabajo técnico de Ding Yi se basa en la precisión, el detalle y la minuciosidad. Estas características se construyen a partir de un pulcro manejo del pincel y de trazos a mano alzada de puras líneas, verticales, horizontales y diagonales, y las intersecciones generadas entre ellas sobre una superficie de madera o papel de arroz; en estas superficies combina acrílico con otros pigmentos o tiza con lápices de color, pero siempre buscando crear distintas gamas que ofrecen originalidad a cada pieza. Otra de las herramientas clave para el resultado visual en algunas de sus obras es el uso de una gubia, (instrumento utilizado en la talla de madera), la cual revela, en varios puntos de la pieza, las capas de pintura de diferentes colores que las componen. Las obras de Ding Yi presentan una aparente repetición y sistematización por el uso de la cruz, sin embargo, esas intersecciones de líneas se vuelven un lenguaje simbolizado que construyen una narrativa visual. El objetivo, según como lo ha descrito el propio artista, es hacer pinturas que no parezcan pinturas; haciendo del arte y del proceso de creación un sistema personal.
El proceso creativo de Ding Yi para producir una obra es intuitivo, no tiene un orden establecido o una fórmula específica. Siempre inmerso en sus soportes de principio a fin, Ding Yi va construyendo la obra de manera aleatoria; un trazo en el centro, luego en la parte superior, otro en una esquina -o en algún lugar distante al anterior- sin definir aún la ubicación o color del siguiente. El artista realiza un ejercicio constante entre alejarse y acercarse a sus piezas para construir los patrones que darán forma a las figuras que observamos. Aunque el enfoque es abordar el detalle, nunca se pierde el sentido de la totalidad de la obra.
"(...) quería pintar algo absolutamente carente de metáfora, algo sin inyección alguna de experiencia personal. Quería cortar la relación entre la pintura y las metáforas culturales tradicionales y crear algo radicalmente ajeno a lo familiar. (...) todo esto a fin de asegurar que no quedara ningún significado metafórico en mis obras."
-Ding Yi-
La diversidad y variaciones de cuerpos que encontramos en cada una de sus obras, pertenecen a un todo; sin embargo, no pierden su relevancia en la individualidad - como objetos aislados -, ya que cada una se construye a base de gestos que llevan cierto orden racional y que, al no existir una regla de interpretación, pueden presentar múltiples posibilidades. Es así como se logra una doble articulación en el trabajo de Ding Yi.
Las obras de Ding Yi conjuran campos energéticos y luminosos, son caos y orden. Un continuo de variantes esparcidas en una superficie que hacen referencia constante a la relación entre lo singular y la multitud. Sus pinturas son aglomeraciones y dispersiones sobre la interpretación de la energía que activan cierto ejercicio visual, en donde lo que importa es el efecto de inmediatez que uno tiene al enfrentarse con la obra.