Marcando la participación inaugural de la galería en SP-Art, Galería RGR se complace en exhibir una selección de pinturas, fotografías, esculturas y obras de medios mixtos de artistas como Mercedes Azpilicueta, Matthias Bitzer, Carlos Cruz-Diez, GEGO, Hilma's Ghost, Kati Horna, Magali Lara, Francisco Muñoz, Felipe Pantone, Julio Le Parc, Diego Pérez, Jesús Rafael Soto, Salmo Suyo, y Ding Yi.
Mercedes Azpilicueta (La Plata, Argentina, 1981) es una artista que se autodenomina investigadora deshonesta. Es mejor conocida por sus obras basadas en el lenguaje y sus exploraciones de figuras femeninas de la historia pasadas por alto.
A través de un extenso trabajo de archivo, desde la historia del arte hasta la música popular, desde la literatura hasta la cultura callejera, su trabajo reúne diversas figuras del pasado y del presente, y reflexiona sobre sus trayectorias disidentes, incluyendo sus voces, formas, textos, huellas y recuerdos en un trabajo de varias capas. Lejos de caer en una fría reverencia o fascinación archivística, su obra aborda con éxito el cuerpo con todos sus defectos y potencialidades, abrazando su fragilidad, así como su capacidad de resistencia y cuidado.
La práctica de Azpilicueta ha evolucionado recientemente hacia la exploración de las posibilidades teatrales del trabajo y la instalación tridimensionales. Disfrazadas de esculturas, sus piezas tejidas no deben darse por sentado, ya que tienen el potencial de activarse de diversas maneras, como partituras, decorados, accesorios, dispositivos mnemotécnicos o discos.
La obra de Matthias Bitzer (Stuttgart, Alemania, 1975) es poética y enigmática al conjugar la pintura figurativa con la abstracción y las geometrías ornamentales. Su pasión por la literatura, la poesía y la ciencia resultan en una red óptica que conecta las brechas de nuestra percepción del tiempo y el espacio. Su fuente de inspiración deriva de una amplia gama de personajes históricos a menudo olvidados, incluyendo a Emily Dickinson.
El lenguaje artístico único de Bitzer se basa en temas formales y conceptuales que divergen entre la abstracción y la figuración. Toma de referente a artistas de los siglos XIX y XX como Lászlò Moholy Nagy u Oskar Schlemmer. No obstante, su trabajo va más allá de lo que exploraron sus antecesores.
Bitzer despliega una nueva perspectiva sobre el modernismo al crear un cosmos visual que sumerge al espectador en un mundo de figuración, patrones geométricos, imágenes superpuestas y abstracción. En este sentido, Bitzer se preocupa por la identidad como una postura existencialista constantemente revelando la fragilidad de lo que tomamos como "verdad".
Actualmente vive y trabaja en Berlín, Alemania.
Carlos Cruz-Diez (Caracas, Venezuela, 1923 - París, Francia, 2019) fue una de las figuras más destacadas del arte cinético. Su labor se fundamentó en la revalorización del color como una experiencia en sí misma, como fenómeno lumínico, cuyas implicaciones se encuentran más allá de la interpretación o el bagaje cultural. Su obra invita a tomar consciencia sobre cómo las relaciones perceptivas constituyen lo estético y de qué forma cada contexto conlleva a una aproximación diferente de una misma pieza.
Sus investigaciones lo posicionaron como uno de los pensadores clave del siglo XX en el ámbito del color. Contribuyó notoriamente a repensar las relaciones entre artista, espectador y arte, enmarcándolas en un proceso participativo fundamentado exclusivamente en el uso del color. Fue en 1959 cuando Cruz-Diez comenzó una serie bajo el nombre de Physichromie, a través de la cual efectuó la idea de la autonomía cromática y su impacto sobre el entorno del espectador; uno de los resultados fue un importante cuerpo de obras que en décadas posteriores sobrepasó los límites de la pintura y se aventuró en la modificación de diversos espacios por medio de la manipulación del color.
Su trabajo enfatiza la participación y la interacción, la percepción espacial y el movimiento como elementos clave para la experiencia artística.
Hilma's Ghost (Brooklyn, EUA, 2020) es un colectivo de artistas feministas que fue cofundado por las artistas y educadoras Sharmistha Ray y Dannielle Tegeder en el pico de la pandemia de COVID-19, en 2020. La esencia de su colaboración radica en reconocer el misticismo como un fuente de sabiduría colectiva que ha fomentado la resiliencia personal y ha despertado el ingenio estético de mujeres creativas de todas las épocas.
A través de exposiciones, talleres y publicaciones, el colectivo forja conexiones entre artistas y curanderos, innovando prácticas novedosas y liberadoras adaptadas a mujeres, artistas no binarios y trans del período contemporáneo. Durante los últimos años, Hilma's Ghost ha cultivado iniciativas que defienden métodos de enseñanza experimentales, el diálogo transcultural y el andamiaje de comunidades, todo a través del prisma del activismo, la abstracción geométrica y la espiritualidad.
Entre sus proyectos y exposiciones individuales y colectivas se incluyen The Aldrich Box en The Aldrich Contemporary Art Museum, Connecticut, EE.UU. (2023); Schema: World as Diagram en Marlborough Gallery, Nueva York, EE.UU. (2023); Radical Spirits en Hill-Stead Museum, Connecticut, EE.UU. (2022); Probably Just the Wind en Parallax Art Center, Oregón, EE.UU. (2022); ABSTRACT FUTURES TAROT en The Armory Show, Nueva York, EE.UU. (2021). Su trabajo ha sido reseñado favorablemente en The New York Times, The Brooklyn Rail, Artnet, Hyperallergic y otros.
Ray y Tegeder trabajan juntas en Brooklyn, Nueva York.
Gego (Hamburgo, Alemania, 1912 - Caracas, Venezuela, 1994) estudió arquitectura e ingeniería en la Escuela Técnica de Stuttgart, Alemania, donde se formó bajo la tutela del arquitecto Paul Bonatz, siguiendo los modelos planteados por la Bauhaus y el Constructivismo Ruso. En 1939, debido a la persecución del régimen nazi, la artista migró a Venezuela, estableciéndose en Caracas.
En su nuevo país de residencia, Gego se dedicó al diseño, elaboración de muebles y desarrollo de proyectos arquitectónicos. Además, dio inicio a una larga carrera docente que la llevaría a ser una de las fundadoras y profesoras del Instituto de Diseño de la Fundación Neumann (Caracas) en 1964. Fue en la década de 1950 que profundiza su práctica artística, primero de corte figurativo y expresionista, y después —ya en diálogo con artistas cinéticos como Alejandro Otero y Jesús Rafael Soto— de corte escultórico, con la acción, la participación del espectador y el movimiento como principios clave de producción.
Su trabajo se caracteriza por la experimentación en el espacio con la línea, la unidad más elemental del dibujo, así como por el innovador uso de la retícula, forma relacionada íntimamente con la abstracción en el arte moderno. En 1969, Gego exhibió Reticulárea en el Museo de Bellas Artes de Caracas, instalación capital de la historia del arte. Es un ensamblaje de piezas modulares de acero y aluminio que construyen una vasta estructura en apariencia orgánica, pero cuya experiencia está marcada por la ruptura de los espacios en los que se encuentran.
Kati Horna (Budapest, Hungría, 1912 - Ciudad de México, México, 2000) Fue fotoperiodista, fotógrafo surrealista y educador.
En 1933 estudió fotografía en París con Jozsef Pécsi, donde realizó sus primeras series Los mercadillos (1933-1934) y Los cafés de París (1934). En Barcelona, durante la Guerra Civil Española, recibió el encargo de realizar documentación de propaganda exterior. En 1938 fue redactora jefe de la revista anarquista Umbral. En 1939 se exilió en México y ese mismo año publicó su serie Lo que va del cesto en la revista Todo. Se hizo muy amiga de las artistas Leonora Carrington, Remedios Varo y Eva Sulzer. A partir de la década de 1960 inició una relación de colaboración con Mathias Goeritz.
Trabajó de 1939 a 1945 en la revista Nosotros y de 1958 a 1967. En 1940 participó en la campaña de Manuel Ávila Camacho para la revista Life. Entre 1958 y 1965 fue colaboradora de la revista México Este Mes dirigida por Anita Brenner. En los años sesenta realizó reportajes fotográficos para la revista S.Nob dirigida por Juan García Ponce y Salvador Elizondo.
De 1958 a 1963 impartió clases en la Escuela de Diseño de la Universidad Iberoamericana y a los 61 años comenzó a impartir clases en el Taller de Fotografía de la Academia de San Carlos.
Magali Lara (Ciudad de México, México, 1956) es considerada una figura central del arte feminista posmoderno en México. Es Licenciada en Artes Visuales para la Expresión Plástica de la Universidad de Guadalajara y Maestría en Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Con más de 40 años de práctica artística basada en colaboraciones con poetas e intérpretes, Lara ha desarrollado una práctica multidisciplinaria que explora cuestiones relacionadas con el inconsciente, la vida cotidiana, las emociones, el cuerpo, lo femenino y la “otredad.”
Influenciada por pintoras de la escuela mexicana como María Izquierdo, Olga Costa y Frida Kahlo, Lara se interesa por los bodegones, los objetos y las atmósferas oníricas. Estos elementos sirven para componer un lenguaje simbólico único que ha llevado a los campos de la animación, el dibujo, la escritura, la cerámica, el libro de artista, la pintura y el textil. Asociada principalmente al arte conceptual, Magali Lara ha estado trabajando constantemente en una “poética” que profundiza en el cuerpo, la intimidad, el deseo, la maternidad, la infancia, la sexualidad y la vida cotidiana; todo esto desde una perspectiva de la subjetividad. Partir de lo cotidiano y visceral del cuerpo humano le permite hacer una revisión filosófica de la condición humana, algo que la artista considera esencial en la función social del arte.
Desde la década de los noventa trabaja en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Morelos. Actualmente forma parte del Cuerpo Académico de la Maestría en producción artística y participa como jurado en varias bienales y producción artística, y como asesora de planes de estudios en diversas instituciones de educación artística. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores FONCA, al que ingresó por séptima vez en el periodo 2020-2023. En 2019 recibió la Medalla al Mérito en las Artes del Congreso de la Ciudad de México.
Actualmente vive y trabaja en Cuernavaca, México. Su obra está representada en colecciones de Estados Unidos, México y Argentina.
La práctica multidisciplinaria de Francisco Muñoz (Tlaxcala, México, 1986) incluye escultura, dibujo, collage, pintura, textiles e instalación. Se formó como artista en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, La Esmeralda, Ciudad de México, y posteriormente en la Escuela Nacional de Bellas Artes, Lyon, como parte de una estancia artística. Su obra se sitúa entre el cuestionamiento y el análisis de las identidades nacionales, sobre todo en términos estéticos. El artista es originario de Tlaxcala, lugar crucial en el imaginario producido por la historia oficial de México en cuanto al periodo de la Conquista. Por medio de esta posición, Muñoz se aproxima a las imágenes y símbolos de lo precolombino como parte de los discursos del presente que son necesarios explorar y cuestionar.
Uno de los ejes principales de su obra es la relación que tienen los objetos con distintos contextos y cómo se pueden reordenar sus significados mediante modificaciones materiales, asociaciones conceptuales o intervenciones con pintura. Las posibilidades que representa la adaptación de los objetos a diferentes ámbitos son clave para la práctica de Muñoz: la identidad de cada pieza parte de la multiplicidad, del encuentro entre sus significados “de origen” y aquellos que asimila, tanto en el proceso de la labor artística como en el punto de encuentro con sus espectadores. Este sincretismo conecta directamente lo conceptual con lo material, línea sobre la cual se desenvuelve su obra. El trabajo de Muñoz se encuentra en la Colección Alain Servais (Bélgica) y en diversas colecciones privadas en México.
Actualmente vive y trabaja en la Ciudad de México.
Felipe Pantone (Buenos Aires, Argentina, 1986) comenzó su práctica desde que era un adolescente, haciendo pintas en Torrevieja, al sur de España. La caligrafía y la tipografía, enfoque fundamental del grafiti, fueron la plataforma desde donde el artista emprendió el desarrollo de un lenguaje visual abstracto o geométrico que pretende ser tanto accesible como democrático, de forma paralela al discurso tecnológico actual. Su trabajo mantiene una conexión histórica con los medios de producción actuales y con los referentes visuales de la sociedad hiperconectada y digitalizada. Su obra es una meditación sobre las formas en que consumimos información visual en los tiempos actuales.
La abstracción, en principio utilizada como marca estilística, se vierte hacia los referentes propios de un presente repleto de infografías, gráficas, estadísticas y representaciones visuales de datos que sintetizan realidades en formatos rápidamente asequibles. Con ello, Pantone reflexiona sobre los alcances de la revolución digital y de la comunicación global en la constitución del sujeto contemporáneo. En este dinámico y acelerado mundo de producción industrial con luz, color y experiencias visuales antes imposibles, Pantone reconoce combinaciones cromáticas —como el glitch o falla tecnológica— como experiencias visuales que están vinculadas a la cultura contemporánea. El resultado es un lenguaje que se mueve entre la tecnología y las bellas artes, llevado a diversas aplicaciones.
Entre sus instalaciones públicas más destacadas se encuentran los murales comisionados por el Palais de Tokyo de París, Francia, el mosaico de la Universidad Politécnica de Valencia, España, los murales en dos edificios del Tecnológico de Monterrey, México, el mural Optichromie de la Albright-Knox Art Gallery de Búfalo, EUA y el mural 300,000 Km/s en la avenida Faria Lima de São Paulo, Brasil.
Actualmente vive y trabaja en Valencia, España.
La práctica multidisciplinaria de Diego Pérez (Ciudad de México, Mexico, 1975) juega continuamente con lo fronterizo, sean los límites que dividen al arte de otro tipo de objetos, los que dividen al arte del gran público, o los que separan contemplación de experimentación. El artista articula una imaginación escultórica en la que todo material es fuente inagotable de formas, cuyas relaciones no se acaban en la obra, sino que se extienden hacia el entorno y el espectador.
Iniciando su carrera en el campo de la fotografía, Pérez se ha orientado hacia la vida pública de los objetos, fomentando, no sin un cierto grado de humor y afinidad por la fantasía, un cuestionamiento sobre las relaciones sociales que le dan a las obras algún significado. Es en la cotidianidad donde una silla se convierte en una repisa, o donde una caja se transforma en una maceta; la frontera arte-vida se constituye y se deshace en la coyuntura de espacio público, obra y espectador.
Para Pérez, es importante echar a andar la imaginación y el ensueño, pues es ahí donde se produce el contacto entre campos en apariencia separados; entre artista, artesano, conocedor de arte, observador casual, y así sucesivamente.
Actualmente vive y trabaja en la Ciudad de México.
Julio Le Parc (Mendoza, Argentina, 1928) es una de las figuras más reconocidas en el campo de la investigación y las artes visuales experimentales centradas en el op-art moderno, cuya influencia se extiende desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Argentina, donde inició su interés por las relaciones entre luz y forma. Inmerso en el entorno radical de los movimientos estudiantiles de su país natal, entre 1955 y 1958 fue partícipe de las ocupaciones en la Academia de Bellas Artes y en las reformulaciones de sus planes de estudio, orientándose por las propuestas de artistas de vanguardia como el movimiento Arte-Concreto-Invención y donde conoció al influyente crítico de arte Jorge Romero Brest.
En 1958 viajó a París tras recibir una beca del Servicio Cultural Francés, donde conoció a artistas como Victor Vasarely y otros importantes representantes del arte cinético. De este, Le Parc extrae no solo sus propuestas formales en cuanto al movimiento, sino también sus implicaciones políticas, como una forma de articular experiencias estéticas sin la necesidad de conocimientos previos o familiarización alguna con el mundo del arte. Tales implicaciones se derivan de las prácticas colectivas del Groupe de Recherche d’Art Visuel (GRAV), del cual fue miembro fundador; guiado por un rechazo de la posición del arte en el capitalismo. El colectivo enfatizaba la anonimidad y la participación de los espectadores a través de la aplicación de técnicas industriales, mecánicas y cinéticas por igual.
Posteriormente participó en el Atelier Populaire de Francia durante mayo de 1968 y en diversas publicaciones radicales de vanguardia, afianzando su producción, siempre cercana al cinetismo, en un compromiso social y político que concibe a los espectadores ya no solo como participantes en la obra, sino como co-autores.
Actualmente vive y trabaja en París, Francia.
Jesús Rafael Soto (Ciudad Bolívar, Venezuela, 1923 - París, Francia, 2005) fue una figura influyente y central del modernismo de posguerra. Participó en la exposición colectiva Le mouvement (1955), en la Galería Denise René de París, uno de los momentos fundacionales de aquel estilo. Durante su carrera, desempeñó un papel crucial en la redefinición del alcance y función social de la obra de arte a partir de la investigación de la unidad espacio-temporal del objeto plástico.
Habiendo estudiado Bellas Artes en Caracas, se instaló en París en 1950, donde formó parte del grupo internacional de artistas que buscaban renovar la escena del arte experimental. Si bien ha sido comúnmente asociado con el Op art, la obra de Soto se caracteriza más bien por el continuo estudio del movimiento y la desmaterialización de la forma, produciendo construcciones de carácter cinético en las cuales la participación activa del espectador se vuelve clave.
En 1958 comenzó Vibraciones, obras realizadas a partir de la superposición en varios planos de tramas y objetos móviles que crean infinitas posibilidades de vibraciones y variaciones. Soto logró crear obras accesibles a todas las personas, sin marcar las diferencias de edad o capital cultural del espectador, apelando a la experiencia misma del sujeto en relación al objeto artístico.
Desde el inicio de su carrera Salmo Suyo (Huancayo, Perú, 1989) se ha centrado en debates sobre disidencias sexuales e identitarias, así como sobre la ética y estética del deseo de cuerpos transgénero con vulvas.
En 2021 participó en el colectivo Imaginarios Contemporáneos vol. II con la pieza ‘Discurso Médico’ en el Museo de Arte de Lima y en la exposición colectiva ‘Y si dedicara mi vida a una de sus plumas’ en Kunsthalle Wien.
En 2022 realizó una residencia artística en Proyecto Amil, Ardez, Suiza. En 2023 participó en la exposición Abstracciones Espirituales en la galería RGR, Ciudad de México.
Actualmente vive entre Lima y Zurich.
La trayectoria de Ding Yi (Shanghái, China, 1962) incluye estudios en artes decorativas en la Escuela de Artes y Oficios de Shanghái, un puesto de diseñador en una fábrica de juguetes y estudios en pintura tradicional china en la Universidad de Shanghái. La diversidad de este bagaje se refleja en su obra a través de la coexistencia simultánea de un alto grado de aparente mecanización, repetición y precisión, junto con un impulso creativo hacia la novedad y la experimentación formal.
Si bien, desde que era estudiante favorecía ya la abstracción, fue desde 1988, cuando inició la serie infinita de Appearance of Crosses, en la que empezó a desarrollar un lenguaje visual único que contravenía los formatos típicos de la pintura china de aquel entonces. Utilizando la cruz como referente formal, a veces vaciado de significado y en otras ocasiones asociado a la negación, Ding Yi se propuso distanciarse de la expresión y el sentimiento que predominaba en su contexto artístico. La idea de combinar los principios del diseño con los de la pintura resultaba, entonces, en una aproximación que el artista ha llamado “lo abstracto racional”, en la cual coinciden la rigurosidad de la cuadrícula con el dinamismo del trazo y del color.
Su práctica artística abarca pintura, escultura e instalación, y se encuentra circunscrita a la idea de promover la autonomía del campo artístico más allá de la política y de la historia. Como él ha dicho: “el arte abstracto puede representar el espíritu”.
Actualmente vive y trabaja en Shanghái, China.