A veces las cosas funcionan por las razones equivocadas, de Darío Escobar (1971), presenta obras que son parte de las series Construcciones geométricas y Construcciones modulares, iniciadas en 2012. A través de una investigación formal y conceptual, dentro del territorio de lo pictórico, el artista ofrece una reflexión crítica e incisiva sobre la estrategia geométrica. Parte de la “cultura popular” presente en Latinoamérica, a la que pone a conversar con la historia del arte geométrico “universal”. Un encuentro del que surgen las interrogantes: ¿cómo se define lo culto y lo popular? ¿quién se encarga de definirlos?
Las piezas que componen esta muestra examinan la abstracción geométrica de la segunda mitad del siglo XX, y utilizan, como punto de partida, los diseños en las cajas de los camiones de redilas, como se conoce comúnmente a este tipo de vehículos que transportan frutas, verduras, pasajeros, textiles y materiales, desde lugares distantes, hacia los centros de negocio que sostienen la economía de algunas regiones de México y Guatemala, entre otras. Dichas armazones tienden a ser pintadas con bandas de color, claramente delimitadas, que juegan con líneas horizontales y diagonales.
En Construcciones geométricas hay una unidad en la estructura completa, mientras que Construcciones modulares, la serie más reciente, se caracteriza por el uso de distintas partes o módulos —como sugiere su título— que, con ayuda de un sistema de bisagras para su articulación, posibilita una pieza cambiante, cuyo diseño geométrico se puede reconfigurar de distintas maneras. El dinamismo que surge en esta solución pictórica alude a movimientos artísticos de América Latina, como el arte concreto, el cinetismo y el movimiento Madí, los cuales pretendieron desestabilizar ciertas concepciones tradicionales alrededor de la obra de arte, y apelaban a una nueva relación con el espectador, una más activa y de mayor incidencia en la vida cotidiana.
Las referencias regionales en las obras de Escobar destacan la presencia de un sentido estético amplio, compartido, y que parece expresarse de manera más o menos intuitiva en el tipo de diseño que se ejecuta sobre las cajas de redilas y en un sinfín de objetos cotidianos y superficies, como las fachadas de algunas casas, visibles a lo largo del territorio latinoamericano.
A través de esta investigación, el artista presenta una propuesta de abstracción geométrica, que se origina en la atención a una práctica no-especializada, en contraste con los procesos fuertemente intelectualizados que, por lo general, han definido a este tipo de pintura en Europa y Estados Unidos a lo largo del siglo XX. Con esto, Darío Escobar cuestiona el tipo de soluciones que se reconocen o se han legitimado institucionalmente como formas válidas de abstracción geométrica; y aquellas que no. Al mismo tiempo, sus estructuras, colores y formas se mezclan para hacernos reflexionar en si la promesa de modernidad, que tanto se deseaba en Latinoamérica, aún está por venir, o si ya llegó, y pasó desapercibida.