La pintura de Francisco Muñoz, “Manos sosteniendo un ojo”, distorsiona elementos provenientes del arte mesoamericano al incorporar colores y materiales contemporáneos, generando imágenes poliformes y ambivalentes de múltiples capas de significado. La pieza, perteneciente a la serie “Rosetas”, fue seleccionada para formar parte de la XIX Bienal de Pintura Rufino Tamayo.
En esta edición de la bienal se procuro ver que México tiene una producción muy variada de pintura, trayendo propuestas de lo más tradicional pero también admitiendo nuevas variantes mucho más experimentales. El deseo de los dos comités fue ofrecer este panorama tan rico para empezar a discutir la pintura como parte del arte contemporáneo y no como una fase allí, más o menos perdida entre otras cosas.