A fines de la década de 1950, Carlos Cruz-Diez se propuso un desafío personal y artístico que le haría ganar un lugar privilegiado en la historia del arte en el siglo XX: liberar el color de la forma, presentar una circunstancia siempre cambiante, autónoma e inestable. Eso podría vivir más allá del lienzo. Desde la base de su discurso plástico en 1959, todo el trabajo de Cruz-Diez ha sido un largo proceso de investigación dirigido a descubrir, crear y proponer nuevas formas de abordar el fenómeno del color en el arte. La exposición muestra la profunda exploración Cruz-Diez en torno al color, reuniendo una amplia muestra de algunos de sus trabajos más recientes.